miércoles, 5 de noviembre de 2014

Adictos a las redes sociales entre otras cosas



Una sociedad sometida a las redes sociales, una sociedad que mira el paisaje que tiene delante desde una pantalla de tropecientos gigas y una resolución por encima de la media. Personas que ya no disfrutan del olor de un libro en papel, que ya no mancha sus manos con la tinta del periódico y que no ve el telediario mientras come, porque mientras come ve el telediario, lo twittea y comenta la opinión del vecino del quinto sobre la noticia del día.


La revolución en Internet parece que no nos puede sorprender con nada nuevo, un 70% de los usuarios participa en al menos una red social, con una consulta de dos veces diarias como mínimo. El 80%  tiene contacto con otros internautas. Las encuestas cifran el número de amigos en una media de 200 aunque en ocasiones estas se pueden duplicar. Algo interesante desde mi punto de vista es que un 15% modifica su perfil para parecer más atractivo, inteligente.

Las redes sociales nos han dado la oportunidad de convertirnos en alguien que no somos, o bueno al menos parecerlo. Quizá para algunas personas sea una vía de escape, una forma de ser quien siempre ha soñado. Para otros una buena oportunidad de engañar y de ser engañado.


Sin embargo ninguno de los contra que puede ofrecernos el gigante virtual ha impedido que nos volvamos adictos. Adictos a contar lo felices que somos, el viaje que hacemos, lo que comemos, donde, cuando y como.

La Ciberadicción no distingue de razas, sexos o edades, quizá un problema que con el paso del tiempo se convertirá en la enfermedad del próximo siglo, o de este.

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